sábado, 29 de julio de 2017

El observador vacío y silencioso

El observador vacío y silencioso.

Encontrar nuestra profunda realidad, requiere de un ejercicio constante de auto-conciencia. Cuando nos planteamos observarnos a sí mismos, tendemos a dividirnos entre observador y observado, siendo lo habitual que prestemos prácticamente toda la atención a lo observado, quedando en el olvido el observador, es por ello que el M. Samael nos dice lo siguiente:

“Aun cuando parezca increíble, cuando el estudiante se observa a sí mismo no se recuerda a sí mismo.

Los aspirantes, fuera de toda duda, realmente no se sienten a sí mismos, no son conscientes de sí mismos.

Parece algo inverosímil que cuando el aspirante gnóstico auto‐observa su forma de reír, hablar, caminar, etc., se olvida de sí mismo, esto es increíble, pero cierto.

Sin embargo, es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto‐observa, esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia.

Auto‐observarse, auto‐conocerse, sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la Conciencia”
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Es obvio que ponemos muy poca atención al “recuerdo de sí”, es decir ponemos muy poca atención al observador. ¿quién observa dentro de nosotros? Mientras sigamos sin descubrir al observador, seguiremos sin despertar nuestra conciencia “es indispensable tratar de recordarse a sí mismo, mientras se auto‐observa, esto es fundamental para lograr el despertar de la conciencia”. Si sugerimos que es nuestra conciencia la que debe de hacer las funciones del observador, debemos tener en cuenta que la conciencia deberá de estar iluminada por el Ser, por nuestro Intimo, por nuestro Dios interior. Es decir que el recuerdo de si nos debe emplazar hasta el Ser, hasta nuestro Cristo o Dios Intimo, pues si no es así con que luz la conciencia o atención alumbraría nuestro sentido de auto-observación.

Cuando nuestra mente se encuentra relajada y tranquila, podemos dirigir nuestra atención hacia el observador, profundizando en el recuerdo de sí. Al realizar este ejercicio de atender al observador, nos damos cuenta de que en realidad no hay nadie o nada allí observando, de modo que nos vamos percatando que el observador es semejante a un vacío, donde nadie hay, ni nada hay; esta práctica debe de mantenerse en constancia contemplativa, para adentrarnos profundamente en ese espacio vacío del observador, porque será en esa condición del vacío donde nos iremos encontrando con la naturaleza y esencia lumínica del Ser. Observaremos que allí donde está el observador mora el silencio y la quietud, siendo el silencio la elocuencia de la sabiduría, iremos descubriendo al Ser en su espacio incondicional, donde no está sujeto ni al cuerpo, ni a los afectos, ni a la mente ordinaria; de ese modo generamos el “recuerdo de sí mismos”.


Cuando nos iniciamos en el sentido de la auto-observación tendremos en cuenta primero lo observado o percibido tanto el mundo externo, como lo percibido en nuestra actividad psíquica, y en segundo lugar situamos la atención en el observador, pero al intentar percibir al observador, sucede que no encontramos al observador; lo que puede contrariarnos, pues no sentir a nadie en ese lugar o estado nos puede confundir, pues creemos o suponemos que allí debe de existir un ente, un alguien, con el cual nos podemos identificar, pero la realidad es que allí no hay nadie. Entonces debemos recordar lo que nos dice el M. Samael sobre que el Ser nada tiene que ver con el “yo”, ni con un yo inferior ni con un yo superior. De modo que tendremos que ir indagando sobre el observador y su estado vacío y silencioso, donde parece que nada hay, ni nadie esta.

Habrá quien no se atreverá a indagar en su recuerdo de sí, atendiendo al observador, pues prefiere seguir sintiendo su ego, prefiere seguir identificado con lo que observa tanto física como psíquicamente, creyendo que eso que percibe en su psiquis “es él mismo”; es decir, sigue identificado con sus pensamientos, sentimientos y actos. Pero como bien dice el M. Samael la verdad se encuentra: más allá del cuerpo, los afectos y la mente. Existen diferentes técnicas y métodos para adentrarse e indagar sobre el observador, estas técnicas siempre han existido tanto en la escuela del cuarto camino, como en la masonería operativa y los auténticos rosacruces; también indagan sobre el observador en el gnma-yoga y el advaita, como en el budismo ati-yoga, como en el dzogchen, etc. en definitiva todas las religiones o filosofías que apuntan a la gnosis de sí mismos, apelan al “recuerdo de sí mismo” como punto de partida para despertar la conciencia.



Quien se propone investigar sobre el observador desde la calma y la serenidad de la mente, descubrirá el espacio insondable del vacío y el silencio imperturbable de una conciencia lucida e incondicionada. Esta Conciencia si puede aportarnos luz en su silencio, en su vacío incondicional, pues no está sujeta ni limitada como hemos dicho por el cuerpo, ni los afectos ni la mente. Pero la cuestión es que allí, en ese espacio interior del observador vacío y silencioso, no hay nadie, ni hay nada y eso le aterra al ego existencialista. A nuestro ego a ese que tanto le gusta estar atento a lo observado, prefiere seguir identificado con los objetos de observación, prefiere seguir percibiéndose a sí mismo como cuerpo, como afectos, emociones, sentimientos, deseos, placeres de satisfacción e insatisfacción, prefiere el ego seguir identificado con todo el parloteo de su mente ordinaria, pues al ego le causa pánico dejar de existir en el estado vació del observador. El Ego no acepta el vacío del Cristo Intimo, el ego no acepta que en el vacío no exista nada, ni nadie; el ego quiere sentirse, percibirse como alguien o como algo, necesita el ego existir si o si, aunque sea a costa de nuestra profunda realidad del Ser. En definitiva, el ego no quiere “recordarse a sí mismo”, prefiere las distracciones de la vida ordinaria, con sus dramas, tragedias y comedias, antes que encontrar la verdad de dichas tragedias, dramas y comedias.


El ego no es capaz de observarse a sí mismo, ni de recordarse a sí mismo, el ego prefiere seguir atendiendo e identificado con su cuerpo, sus afectos y su mente, ahí si se siente vivo, aunque tenga que vivir con sus miedos, sus tragedias y comedias. Recordemos: “Auto‐observarse, auto‐conocerse, sin olvidarse de sí mismo, es terriblemente difícil, pero espantosamente urgente para lograr el despertar de la Conciencia”. Con la calma y la serenidad de la mente podemos indagar sobre el observador y sus cualidades. Cuando realmente nos recordamos a sí mismos y quien es entonces el verdadero observador, entonces vamos descubriendo que el observador es silencio, es vacío, es diáfano, transparente, cristalino, es puro porque esta in-condicionado, etc. entonces en la medida que sigamos ahondando en el observador y veamos que no tiene ego, que no hay yo, ni hay objetos ni propiedades, entonces descubriremos con claridad la condición del Ser. De ese modo nuestra conciencia no solo despertará también se iluminará en la propia naturaleza del Ser. 

Atentamente:

Rafael Pavía. 26/07/2017.

jueves, 27 de julio de 2017

Alquimia en la unción gnóstica

Alquimia en la unción gnóstica.

Sabemos los alquimistas gnósticos que toda la Gran Obra alquimista es un proceso que se desarrolla y se aplica en la supra-sexualidad, dicha sexualidad sagrada tiene sus raíces en los más profundos mitos, enseñanzas y prácticas de todas las culturas; así el M. Samael nos enseña en el Misterio del Aureo Florecer, el ritual Pancatattwa (cinco tattwas) donde se produce una transustanciación de los cinco alimentos: cereales (pan) pescado, carne, vino (zumo de uva) y la unión sexual del hombre y la mujer. En este rito de la tradición milenaria del maha-yoga, se unen los diferentes tipos de alimentos en relación con los elementos: cereales-tierra, pescado-agua, carne-fuego, aire-zumo de uva, y éter con magia sexual. En todo este ritual se logra la transustanciación de los alimentos elevándolos a su substancia original o esencia que en si es el propio Prana o energía de la vida reabsorbido y elevado en nuestro laboratorio orgánico o microcosmos a su punto de origen; esta transustanciación dentro del microcosmos nos unifica con el Ser Primordial o Conciencia Cósmica del macrocosmos, origen de la vida y origen de la propia creación.


Todo el simbolismo de la alquimia sexual en el cristianismo esta contenido como nos explica el M. Samael en la cruz y en el cáliz principalmente, pero se nos suele pasar por alto que la misma unción gnóstica y la transustanciación del pan y el vino contiene en si toda la substancia alquimista. En la cruz sexual se deben de unificar los dos elementos que nos llevaran de nuevo nuestro androginismo original, es decir debemos de unir lo solar y lo lunar dentro de nosotros, las dos energías positiva y negativa están contenidas en nuestros testículos u ovarios, y se canalizan por los dos canales Ida y pingala, siendo un canal solar y otro lunar, como representan las dos columnas de la masonería Jakim y Boaz. Estas dos energías separadas del mismo prana se deben de unificar en un tercer canal Sushumna, este es el inicio para obtener la unificación o androginismo de nuestra naturaleza substancial y primigenia.

Lo solar y lo lunar representa a nuestro Padre-sol y nuestra Madre-tierra, en la alquimia debemos unir al Padre que está en los cielos y a la Madre que está en la tierra, dicho proceso de unión se representa en la unción gnóstica, pues es mediante la unción de la Santa Cena, como cristo unifica todas diferentes partes del Ser iniciando un proceso de muerte o disolución que concluirá en la sagrada cruz. En termino alquimistas, el pan de la unción representa al Padre y la sangre a la Madre, esta ciencia de la transustanciación, forma parte del ritual de la vida y la muerte. Siendo que cuando somos concebidos por nuestro padre y nuestra madre físicos, se unen dos gotas según la ciencia milenaria del tantra, una gota es del Padre y es blanca, la otra es roja y es de la madre; estas dos gotas se van desplazando y separando en nuestro crecimiento, trasladándose la gota blanca del Padre a nuestra glándula pineal junto con el chacra Sahasrara, mientras que la gota roja se traslada debajo de nuestro ombligo, justo debajo del chacra Manipura. Existe una tercera gota esencial que no pierde el atributo de unión, esta gota esencial se encuentra en nuestro corazón, desde que fuimos concebidos, gracias a esta gota esencial, la unión de lo solar y lunar puede producirse en Devi Kundalini. Todo lo que aquí decimos esta minuciosamente explicado en la tradición del Tantra.


También se explica con claridad, todo el proceso de unión de la gota roja y blanca que se relata en el proceso del Bardo-Todol, donde se viene a indicar que el difunto vive el proceso de unión de la gota-blanca del Padre y la gota-roja de la Madre en el corazón del difunto; y aunque sea por unos instantes el difunto goza de la unión andrógina original del Padre y la Madre experimentando la unión con la Madre Clara Luz (la madre de todas las luces, origen de nuestro cristo-luz) según la tradición del tantra tibetano. En realidad, dentro del tantra o alquimia sexual se viene a experimentar o vivenciar ese mismo proceso de los difuntos, pero de modo consciente y voluntario, de ese modo es como el alquimista viene a unir al Padre que está en los cielos o chacra Sahasrara y a la Madre que está en la tierra debajo del ombligo, experimentando gran gozo, según dice la tradición:

“La sede principal de la gota blanca, también conocida como bodhichita blanca, es el chakra de la coronilla, y es en este lugar donde se origina el fluido seminal blanco. La sede principal de la gota roja o bodhichita roja es el chakra del ombligo, y es en este lugar donde se origina la sangre. La gota roja en el ombligo también es la fuente del calor del cuerpo y la base de las realizaciones del fuego interno o tummo. Cuando las gotas se derriten en los canales y fluyen por ellos producen una experiencia de gozo”. 

                                              Gueshe Kelsang Gyatso. 



Cuando en el cristianismo se toma el pan y el vino se nos está invitando a practicar la alquimia sexual, con un propósito unir el cielo y la tierra, unir al Padre y la Madre, mediante el Hijo o Cristo. Estas enseñanzas alquimistas solo pueden ser aplicadas cuando el neófito es capaz de controlar mediante su meditación interior los vientos de sus pensamientos (como explican en los tantras preliminares al tantra supremo) y se unifica en la concentración y el silencio de los elementos unidos lo que procura el despertar del Kundalini. En el despertar del fuego kundalini existe unidad, concentración de elementos, presencia del Ser.

La cruz cristiana de la alquimia es un camino de muerte, donde no solo existe un proceso psicológico, sino todo un proceso implícito de transustanciación de los elementos: tierra, agua, fuego, aire, éter. Donde como hemos dicho toda la energía dispersa del prana o energía de la vida, se unifica y concilia de nuevo con la unidad que todo lo sostiene, unidad situada en la gota esencial en nuestro corazón. La muerte psicológica busca la Luz del Cristo, pero tal luz no puede originarse sin que Padre y Madre, o lo lunar y solar se unan; en tal unión que debe de ser estable mediante la alquimia o tantra sexual y el despertar y desarrollo del kundalini. Así vendremos a ver o vivencia el proceso que experimenta un difunto, la diferencia es que el difunto que ha sido una persona ordinaria, no podrá ser consciente de lo que le sucede en el bardo o tránsito de su muerte, mientras que el alquimista gnóstico experimentará en vida conscientemente todo este proceso de transustanciación de los elementos y energías, obteniendo la unificación de la gota blanca del Padre y la gota roja de la Madre, que simbólicamente se transmite en la unción gnóstica, unificación que nos permite mediante el Cristo-Luz unirnos a la Luz suprema del Padre-Madre.


El pan de la unción es la parte de Cristo en relación al Padre que es sabiduría, recordemos que el “pan nuestro de cada día” es apelar a la sabiduría del Padre que viene del cielo. Y el vino o sangre de Cristo viene de parte de su Madre, ya que la sangre es el vehículo del alma, vehículos o cuerpos que teje la Madre con los elementos terrestres. Por ello se dice el Pistis Sophia que la virtud viene del cielo y que la verdad viene de la tierra y que virtud y verdad se deben besar, es decir unir. 

Bandera blanca y roja del Cristo resucitado

Estimados lectores estas enseñanzas no son para los profanos e ignorantes o agnósticos, estas enseñanzas son develadas por estos medios, con la intención de que los pocos que sienten en su corazón la necesidad de reconciliarse con su Ser, puedan tener unas indicaciones de base para su estudio y trabajo.

Atentamente:

Rafael Pavía.                          23/ 07/2017.


lunes, 24 de julio de 2017

Alquimia y Tantra: el Padre Sol y la Madre Luna.

Alquimia y Tantra: el Padre Sol y la Madre Luna.

Entre los alquimistas occidentales son el sol y la luna los que representan al Padre y la Madre, el sol es el oro, la luna es la plata, y como elementos que se incluyen en nuestro organismo para permitirnos mediante la transmutación sexual unificar en el crisol las dos esencias del Padre y la Madre y reconciliarlos para dar a luz a una nueva creación, es decir obtener el androginismo original. Con el androginismo original recuperamos la Conciencia Cósmica que nos conciliara con el Creador Absoluto, permitiéndonos comprender el origen, la fuente y la manifestación de toda la creación, estamos aludiendo al logro de la Gran Obra alquimista.



La alquimia occidental y el tantra oriental poseen las mismas claves misteriosas ajenas a los profanos y ajena a los que carecen de amor humano y divino. En el budismo esotérico o vajrayana se refieren a la esencia del Padre como la gota blanca y a la esencia de la Madre como gota roja:

"La gota indestructible, que es el origen de todas las gotas, se origina en la gota blanca del padre y la roja de la madre. Se dice que estas son la esencia combinada del padre y de la madre que se convierten en la base del cuerpo físico".

                                 Venerable Gueshe Tashi Tsering.


Aquellos gnósticos que buscan la realización de la Gran Obra, deberán unificar la tierra y el cielo, al Padre y la Madre. Venimos a este mundo a través de nuestros padres físicos, estas enseñanzas citadas por el M. Samael y que de modo muy específico enseñan en el bardo todol, así como en las enseñanzas vajrayana, dicen:

“estado intermedio al entrar a través de la coronilla o la boca del padre mientras el padre y la madre se encuentran en unión sexual, emergiendo a través del órgano sexual en el útero de la madre y las dos gotas, blanca y roja encontrándose para que el ser se desarrolle en su forma completa”.

                                      Venerable Gueshe Tashi Tsering.


Una vez concebidos por nuestros padres, las dos gotas, la blanca del padre y la roja de la madre se van separando ubicándose la gota blanca en el chacra sahasrara, junto a la glándula pineal, mientras la gota roja se ubica debajo del ombligo bajo el chacra manipura:

“En el cuerpo hay dos clases de gotas: blancas y rojas. Las gotas blancas son la esencia pura del fluido seminal blanco o semen; y las rojas, la esencia pura de la sangre, y ambas pueden ser burdas o sutiles. Es fácil reconocer las gotas burdas, pero no tanto las sutiles.

La sede principal de la gota blanca, también conocida como bodhichita blanca, es el chakra de la coronilla, y es en este lugar donde se origina el fluido seminal blanco. La sede principal de la gota roja o bodhichita roja es el chakra del ombligo, y es en este lugar donde se origina la sangre. La gota roja en el ombligo también es la fuente del calor del cuerpo y la base de las realizaciones del fuego interno o tummo. Cuando las gotas se derriten en los canales y fluyen por ellos producen una experiencia de gozo”.

                                                Gueshe Kelsang Gyatso. 


La separación de las dos gotas, la blanca del padre y la roja de la madre crea en nosotros el dualismo, no solo en lo físico también en lo psicológico, tal dualismo es la causa del ego y su apego a este mundo. El ego se siente separado de todos y todo, creando la dualidad del tú y el yo, a la vez que el ego con su deseo se aferra y apega a esta existencia del samsara. Si queremos realmente el despertar de la conciencia deberemos entender con perfecta claridad, como se creó y manifestó este mundo, comprendiendo la causa de nuestro apego a esta existencia y todos sus conflictos.

La principal causa del dolor y sufrimiento, así como del placer en este mundo es el apego, el deseo o la lujuria. Los alquimistas occidentales hacen referencia en la primera fase del trabajo alquímico a la materia negra, a la cual Santo Tomas de Aquino se refería como estiércol:

“Más cuando quieras teñir mercurio, toma la teja de plateros de oro, y úntala un poco por dentro con sebo, y pónlo en ella, según la proporción de la medicina, sobre fuego lentísimo y cuando el Mercurio comenzare a humear, echa dentro de tu medicina encerrada en cera limpia, o en papel, y ten carbón encendido fuerte y preparado para esto, y pon sobre la boca de la teja. Y da fuerte fuego, y cuando todo se hubiera liquidado, échalo según las reglas, untada con sebo, y tendrás sol o luna finísima, según la adición del fermento.
Mas si quieres multiplicar tu medicina en el estiércol del caballo. haz esto como boca a boca te enseñé, como sabes, lo cual no te escribo porque sería pecado revelar este secreto a hombres seglares que buscan esta ciencia más por vanidad que por el debido fin y honra de Dios, al cual sea la honra y gloria en los siglos de los siglos. Amén.

                                            Santo Tomas de Aquino.



Este estiércol o materia negra, es producto de nuestro deseo lujurioso, el poder conseguir “sol o luna finísima, según la adición del fermento”, de ese mercurio o “ens seminis” que se puede multiplicar con el estiércol, dependerá de nuestro trabajo psicológico, de nuestra intención de morir psicológicamente, para purificar ese oro y esa plata, donde el Sol Padre y la Luna Madre deberán reconciliarse. En tal reconciliación la dualidad del ego, debe de ser extinguida, eliminada, esto es posible mediante el fuego Kundalini, que unificara la actividad solar y lunar de los canales Ida y Pingala, los canales que son uno solar y otro lunar. Un canal pasivo y el otro activo, el control y estabilidad, así como la unificación dependen de nuestro kundalini; esto es de nuestra capacidad de concentrar todos los vientos o pensamientos, deseos y acciones, dentro de la unidad del Padre-Madre. Previo al despertar y progresivo desarrollo de la kundalini se requiere del adecuado trabajo psicológico sobre sí mismos, para que ello tenga efecto sobre nuestra energía corporal y sutil.


En definitiva, mientras sintamos apego y deseos con su lujuria implícita, no podremos fermentar ni obtener la unidad que todo lo concilia, siendo la conciliación suprema la del amor y la sabiduría, contenidos en nuestro profundo Ser.
Atentamente:

Rafael Pavía.                                    24/07/2017.

viernes, 21 de julio de 2017

Caridad Cristiana, Bodichita y Sabiduría.

Caridad Cristiana, Bodichita y Sabiduría.

Es verdad a todas luces que el mensaje del cristianismo no ha progresado, ni profundizado, en su aspecto esotérico o interno por falta de caridad cristiana, es decir por falta de compasión por nuestros semejantes. Aunque muchos individuos se han santificado en el cristianismo y han desarrollado la compasión, aun así, han sido pocos los que han accedido a las enseñanzas herméticas o más profundas del mensaje de Cristo, ignorando la gran mayoría en el evangelio de Cristo las enseñanzas alquimistas o del tantra. Y es que la condición precisa para poder acceder a las enseñanzas trascendentales de cualquier doctrina es necesario desarrollar la compasión o caridad cristiana, entre los budistas es imprescindible el desarrollo del Bodichita, que significa la “conciencia despierta en la compasión”, de tal modo que en la medida que el bodichita se desarrolla se otorgan enseñanzas más profundas y elevadas; por ejemplo se entregan las enseñanzas del tantra en fases dependiendo del grado de bodichita desarrollado, no entregando las enseñanzas del tantra supremo hasta que el bodichita este bien desarrollado y establecido en el candidato.


Lo cierto es que no se pueden comprender las enseñanzas ultimas de cualquier filosofía, religión o enseñanza hermética, si estas enseñanzas no van acompañadas de la compasión o bodichita. Resulta que hoy en día cualquiera podría acceder a las enseñanzas más ocultas o herméticas de cualquier enseñanza, pero a lo máximo que podría uno aspirar teniendo falta de compasión es a entender tales enseñanzas, pero tal entendimiento no significa comprensión de fondo y mucho menos capacidad para aplicar tales enseñanzas trascendentales.

Intentaremos explicar porque el Amor es imprescindible para acceder, comprender y aplicar las enseñanzas profundas. En toda doctrina gnóstica ya sea el cristianismo, el budismo, el Gnama-yoga, el advaita, el taoísmo, etc. culminan sus enseñanzas en un estado que va más allá del vacío o la nadidad, o el desasimiento del que habla el Maestro Eckhart de Hochheim (Turingia, 1260 – 1328), de distintos modos se viene a concluir que al final del camino nuestro ego personal deja de existir, creándose un estado que va más allá del vacío. Las propias enseñanzas del tantra o alquimia nos llevan hacia la desintegración del ego, pero eso no basta con entenderlo, tal desintegración precisa comprensión y aplicación y ello no es viable sin que exista la potencialidad del amor o compasión.


Toda desintegración del ego mundano, en carencia de compasión se convertiría en nihilismo, esto es no creer en nada, personalmente hemos conocido algunos casos de los tantos de filósofos occidentales que, ya influidos por Schopenhauer o Nietzsche, o por cualquier filosofo racionalista occidental, han caído en el nihilismo hasta el punto de no encontrarle sentido a la existencia y llegar a suicidarse. Pero en cambio aquellos que han desarrollado su bodichita o caridad cristiana, han podido concluir gloriosamente su trabajo de disolución del ego, siendo que el ego mundano ha sido sustituido por el Ser. El M. Samael ya nos dice que el Ser nada tiene que ver con el yo, ni con el yo inferior, ni con el yo superior, pues el Ser trasciende toda dualidad.

El desarrollo de la compasión o bodichita, nos lleva gradualmente a renunciar a sí mismos, cuando alguien realiza un sacrificio por sus semejantes, es obvio que estará renunciando a sí mismo, en tal renuncia pondrá su tiempo, su disposición, sus bienes, etc. cuando la caridad cristiana va calando en nuestro corazón, tal disposición hacia los demás se convierte en un modo de vida, de modo que uno va encontrando satisfacción en ayudar a sus semejantes. Esta condición de amar es ilimitada, pues se va dirigiendo y expandiendo hacia todos los seres, personas, razas, animales, plantas, etc., Cuando se llega a renunciar a la propia satisfacción personal, en beneficio de los demás y tal actitud se establece de modo incondicional en uno mismo, habrá sembrado la potente semilla para acceder a lo profundo de cualquier enseñanza y estará perfectamente disponible a transformar su ego en el Ser original que en verdad siempre fuimos.


Lo contrario al nihilismo y su escepticismo, que provoca una sensación de vacío existencial, que angustia y deprime hasta poder llevarnos al suicidio, es el Ser y su divina compasión. En realidad, el saber sin el amor nos lleva a una agonía, debido a que uno se ve incapaz de aplicar los propios conocimientos adquiridos, conocimientos que, por falta de compasión, solo se quedan en la superficie de lo entendible, sin poder acceder al corazón de la enseñanza. Por ello es imprescindible la caridad cristiana o el bodichita. 

Ahora indaguemos de modo sencillo, veamos como todas las religiones, filosofías y mística nos llevan de la mano hacia el silencio y la contemplación, ¿qué encuentra uno en el silencio? Y si aplicamos lo que nos dice el M. Samael, cuando nos dice que la verdad está más allá del cuerpo, los afectos y la mente, en realidad ¿qué puede haber más allá de nuestros afectos, de nuestro cuerpo y de nuestra mente? Pues más allá del cuerpo, los afectos y la mente, encontraremos el silencio, la quietud plena, y lo más importante una atención o conciencia incondicionada. Tal conciencia incondicionada acompañada de la profunda serenidad y el silencio que es la elocuencia de la sabiduría, se vuelve luz, si en nuestro corazón hay amor, compasión o bodichita. En tal estado entramos en estado de contemplación y siendo sinceros solo en este estado puede la conciencia despertar, este es un estado incondicionado, pues no cae en los límites ordinarios del cuerpo, los afectos y la mente.


En conclusión, la sabiduría sin el Ser o la compasión se puede volver peligrosa. Y sin compasión no podemos avanzar ni en el conocimiento ni en su aplicación. Pues el Ser es totalmente carente de ego, de propiedades, de deseos personales; el Ser más allá del vacío es plenitud de Amor y por ello origen de sabiduría, de luz. Queridos lectores, nos queda comprender con plena claridad las funciones de nuestra conciencia, así como el origen propio de la conciencia, siendo que solo descubriendo su origen y funcionalismos podremos descubrir la profundidad del Ser y de la misma vida, si hemos dicho de la misma vida, recordemos que Cristo es el camino, la verdad y la vida. Dejemos nuestra pereza, flojera, o vagancia, nos queda mucho por hacer, he indaguemos hasta las últimas consecuencias la realdad de nuestro Ser. 

Seguiremos trabajando en el despertar de la conciencia.

Atentamente:

Rafael Pavía. 21/07/2017.

martes, 18 de julio de 2017

Cuerpos de Gloria: Cuerpo de Ascensión y el Dharmakaya

CUERPO DE ASCENCION


DHARMAKAYA

“Sobre la Ascensión, los que se tienen por cristianos jamás han meditado lo bastante”
                    Samael Aun Weor. 


Después del proceso de resurrección viene la ascensión que incluye los tres últimos trabajos de Hércules dentro de la tercera montaña de la iniciación.

“Y sucedió, cuando Jesús resucitó de entre los muertos, que pasó once años discurriendo con sus discípulos”.

Pistis Sophia Develado. Samael Aun Weor. 

“Y la fuerza luminosa descendió sobre Jesús y lo envolvió por completo mientras se encontraba sentado, alejado de sus discípulos, y brilló extraordinariamente, y no había medida para la luz que estaba sobre él.

Y sus discípulos no vieron a Jesús debido a la gran luz dentro de la cual se encontraba o que le rodeaba, pues sus ojos se cegaron debido a la gran luz en la que él estaba; sino que vieron solamente la luz, que lanzaba muchos rayos de luz. Y los rayos de luz no eran semejantes entre sí sino que la luz era de diversos tipos desde abajo hasta arriba, un rayo más excelente que el otro,… en una gran inconmensurable gloria de luz; se extendía desde debajo de la tierra hasta el cielo. Y cuando los discípulos vieron esa luz sintieron gran temor y agitación”.

                         Pistis Sophia Develado. Samael Aun Weor.


Todo el misterio de la ascensión se describe en el Psitis Sophia. Es en este proceso, donde se descubre por completo la naturaleza del Ser, tanto en el mundo manifestado como en su parte inmanifestada, tanto en la verdad relativa, como en la verdad absoluta. La verdad relativa atañe al cuerpo Nirmanakaya y al Sambhogakaya, mientras que la verdad absoluta corresponde al Dharmakaya, por ello a este cuerpo también se le conoce como cuerpo de la Verdad.

Al Dharmakaya se lo relaciona con: la Mente, el espacio, el vacío, la talidad, el absoluto, el bodichita. La relación con la mente parte de la mente interior y universal, que compartirá la naturaleza del espacio, pues de la conciencia iluminada por el Ser depende que la mente interior se active.

“Dharmakaya es algo que está siempre presente, es redescubierto en lugar de ser creado de nuevo. Porque es atemporal y ahistórico, no podemos atribuirle cambio o transformación. Porque es pasivo e indeterminado por naturaleza, el Dharmakaya no puede manifestarse como medio para trabajar uno por el beneficio de los demás, sino que da origen al aspecto determinista del Sambhogakaya y el Nirmanakaya”.

                               Venerable Traleg Rimpoche.


“La relación entre los tres kayas es como la relación del cielo con las nubes y la lluvia. El cielo corresponde al Dharmakaya, las nubes al Sambhogakaya, y la lluvia al Nirmanakaya. Así como el espacio, o el cielo, no es un producto condicional, así el Dharmakaya no nace debido a causas y condiciones, es indeterminado. Sin embargo, el Dharmakaya da origen a las manifestaciones del Sambhogakaya en la misma manera en que el espacio da origen a la formación de nubes.

El texto Tibetano Ngu.Dun.Du.Pa dice que el estado del Dharmakaya precede a las ideas tanto de confusión como de sabiduría. Antes de que haya surgido cualquier noción dualista, antes de que uno haya experimentado cualquier cosa, este estado incondicionado se origina espontáneamente. Es un estado neutral porque no es ni positivo ni negativo, y aun al mismo tiempo existe la presencia de una auto-consciencia. Debido a que el estado del Dharmakaya nunca ha sido corrompido por los conflictos emocionales o las confusiones conceptuales, uno no puede hablar acerca de ello en términos ni de nirvana ni de samsara”.

                              Venerable Traleg Rimpoche
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Lo esencial del Dharmakaya o del cuerpo de Ascensión es su origen, que es atemporal. Su naturaleza es el espacio, que en si es un Espacio Abstracto Absoluto que no está condicionado, de él surgen el espíritu y la materia, pero ni es lo uno ni es lo otro. No es fácil para todos comprender la naturaleza abstracta del Dharmakaya, porque no es dual y nuestra mente intermedia, está sujeta a la dualidad o ley del péndulo. Nos es necesario alcanzar el tercer estado de conciencia y activar la mente interior, para poder intuir la naturaleza del Glorían. 

Nos dice el Maestro Samael sobre el Dharmakaya:

El Dharmakaya en sí mismo, como sustancia-Ser, es inmortal, divinal. El Cuerpo Ley del Dharmakaya, nos da eso que podríamos denominar omnisciencia; si por algo al Cuerpo Ley se le llama Dharmakaya es porque es el resultado de tremendos trabajos hechos en nosotros mismos y dentro de nosotros mismos, aquí y ahora. Que el Cuerpo de Dharmakaya pueda sumergirse entre el Vacío Iluminador y más aún, que pueda llegar a la Talidad, que está más allá del mí mismo, del Vacío Iluminador, es innegable, es innegable.

      Conferencia: “La materia y la Talidad”. Samael Aun Weor
Veamos ahora que nos dice el Maestro Samael sobre la Talidad:

“El primer principio de la Doctrina Gnóstica es la “Talidad” o Gran Realidad”.
                           Pistis Sophia develado.
Como verdadero principio y como el primer principio, deberíamos abordar la talidad, sin quimeras, sin prejuicios, ni dogmatismos. La talidad es intuitiva y la intuición, es así descrita por el Maestro Samael:

“La percepción instintiva de las verdades cósmicas sin el proceso deprimente de la opción conceptual”.

Citamos ahora lo indicado por el Maestro Samael respecto a la dualidad, ya que:
“La Talidad es aquello que está mucho más allá de todo dualismo”.

                       Pistis Sophia develado
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En la práctica del recuerdo del Ser, dentro y fuera de la meditación, es incompleta hasta que unimos firmemente lo que nuca estuvo separado. 

No puede existir dualismo ni separación entre el Ser y nosotros, de hecho, si hablamos en términos de dualismo y separatividad implicaría, participar de la ignorancia y la ilusión del “yo”. En el cristianismo gnóstico, nos referimos al Cristo como Unidad Múltiple Perfecta, la unidad es lo que prevalece, siendo la multiplicidad inseparable de la unidad, por tanto, perfecta. La unidad se sostiene mediante el amor, que es la propia conciencia Cristo.

El Maestro Samael se ve obligado a hablar de recuerdo del Ser, en vez de la “Presencia del Ser”, debido a nuestro completo olvido de nuestra entidad Universal, Unítotal, Unitaria, donde la dualidad “sujeto – objeto”, o “yo y tu” surge solo debido a nuestra ignorancia, respecto a nuestra autentica naturaleza trascendental; cuanto mayor hacemos nuestro “yo”, mayora hacemos el “tu” de los demás, cuanto menor es el “yo” menor es el “tu”, si eliminamos el “yo” eliminamos el “tu”, entonces surge la verdadera Unidad. Para el Ser no existe un “tu” y un “yo”, pues su perspectiva, su naturaleza original carece de la “herejía de la separatividad”.

La Talidad requiere de la Intuición, y para ser intuitivo hay que salir del condicionamiento de la mente sensual e intermedia. La Intuición nos abre a una nueva “visión no conceptual”. Por tanto la Intuición rompe con todos los preconceptos, con todas nuestras teorías, con las especulaciones, etc.

La Intuición conlleva salirse del dualismo y de la “ley del péndulo”, que nos lleva de un lado a otro, generando duda, escepticismos y dogmatismos. Si observamos con claridad nuestra mente intermedia y sensual, veremos que están estructuradas, en base a la dualidad. Por tanto, siempre vemos todas las cosas y aspectos de la vida de un modo dual, lo cual limita e impide que la conciencia active la mente interior, y participe de la unidad universal.


La verdad no se puede encontrar en un concepto, ni en una opinión, ni se puede encontrar con dudas e incertidumbres. La verdad es tan certera como la intuición, o la intuición nos da la certeza de la verdad, ya que su base, es su experiencia y esta viene dada por la conciencia objetiva. Nos explicamos, cuando descubrimos conscientemente los límites de la mente sensual e intermedia, sucede que podemos utilizar ya de un modo lucido, consciente, nuestra propia mente, esto es lo que se llama el Pensar Psicológico. Con la visión clara de nuestra mente descubriremos que la mente sensual e intermedia se encuentran dentro de la propia mente interior, y desde esa mente interior activada por la conciencia, podremos hacer uso consciente, de toda nuestra mente.

“Sólo sumergiendo la Conciencia entre el seno de la “Talidad”, podremos experimentar eso que está más allá del cuerpo, los afectos y la mente, eso que es la Verdad”.

                                  Pistis Sophia.


“La Gracia- Poder y la Verdad- Poder se abrazan y besan entre sí formando un todo íntegro.

La Verdad es la Talidad o Totalidad.

Obviamente, la Talidad se encuentra en el fondo de un Cristo o de un Budha.

La Talidad está más allá de la maquinaria de la relatividad y también más allá del Vacío Iluminador.

La Talidad es eso que está más allá del cuerpo, de los afectos y de la mente.

La Talidad es aquello que está mucho más allá de todo dualismo.

La Talidad en Cristo o en Buddha o en Hermes, es siempre la misma.

De la Talidad emana eso que se llama la Gracia.

La Verdad es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será.

Sólo en el cuerpo de un Jesús o de un Buddha o de un Hermes, etc., está encarnada la Verdad”.

                    Pistis Sophia. Samael Aun Weor.



Hemos podido ver en este tratado los vínculos y analogías entre los cuerpos del Glorían y los Kayas. Pues es común en la doctrina budista las referencias a los kayas o cuerpos del Buda, como ser iluminado. En tanto que en el cristianismo como nos dice el Maestro Samael poco hemos meditado sobre la transfiguración y la ascensión, mientras que sobre la resurrección y la eucaristía nuca meditaremos lo suficiente. 

Ahora nos quedaría un profundo estudio y reflexión sobre los cuerpos del Glorían y los Kayas. También nos quedaría la praxis de acuerdo a la naturaleza y sustancia de los cuerpos del Ser. Al Dharmakaya se lo relaciona con: la Mente, el espacio, el vacío, la talidad, el absoluto, el bodichita. Por tanto, ahondar en estos puntos es fundamental para conocer la naturaleza del Ser, siendo que todos estos aspectos comparten la misma naturaleza.

La mente y el espacio participan de la infinitud, el espacio es multidimensional, pero ya en su formato físico-material es de por si infinito. Por ello podemos reconocer conceptualmente que la dimensión física es ilimitada infinita. Y a semejanza del espacio multidimensional, también nuestra mente se adapta a cada dimensión, siendo la mente sensual para el espacio físico y correlativamente a cada dimensión le corresponde su particular mente.

Sucede que tanto la mente como el espacio comparten a la vez la naturaleza del vacío. Siendo que la naturaleza del vacío se sostiene en tres puntos, que son los siguientes:

1. Nada permanece. Todo es perecedero; todo lo que nace, muere. Incluso las formas religiosas mueren, y mueren sus conceptos. Sólo es permanente el Ser, que es eterno, porque es lo que ha sido, es y será. El propio Ego temporal, de hecho no puede resistir la presencia del Ser y su naturaleza eterna.

2. Todo es interdependiente. Nada existe por sí mismo. Todo ente viviente necesita de los elementos y de los tres reinos de la naturaleza (mineral vegetal y animal), necesita del Sol, de la Luna, etc. El Ego tampoco tiene subsistencia propia, necesita y depende de lo dicho para subsistir, sin embargo el Ego se cree autosuficiente, cuando en realidad está sujeto a lo temporal y a las formas perecederas.

3. La Unidad. Todo está interrelacionado, en la unidad desaparece la dualidad. Deja de existir el “yo” y el “tu”, ya que la unidad se sostiene por el Amor y de ahí deviene la Unidad Múltiple Perfecta, que nos da el Padre Cósmico Común.


Siendo el primer punto del vacío la impermanencia de todo, lo fundamental de su naturaleza. Así en el espacio y en la mente nada permanece, salvo el Amor o el Bodichita, Porque la naturaleza del Absoluto es el propio Amor y esa es su única Ley. Por tanto, encontraremos en el Dharmakaya la Mente, el espacio, el vacío, el absoluto, el bodichita, y la talidad formando una totalidad. De la propia totalidad surgirán el Sambhogakaya y el Nirmanakaya, es decir que del espacio surgirán todas las posibles manifestaciones. Perteneciendo estas manifestaciones a la verdad relativa, existencial. Mientras que en el Dharmakaya encontraremos lógico que “Ser es mejor que existir” hallando la verdad absoluta. 

Siendo el Maestro Samael, el Maestro de la Síntesis y dirigiéndose a un público general, con diferentes niveles de comprensión, incluyo básicamente los tres niveles de cognición o aplicación de la enseñanza, es decir incluía el nivel de la razón, de la imaginación, la inspiración e intuición. Siendo cada uno de nosotros los que deberemos discernir y distinguir, como aplicar su enseñanza, si por medio de la razón, o por la actividad de la conciencia usando la mente interior, con su imaginación, inspiración e intuición. Por ejemplo el Maestro nos decía en Tarot y Cabala:

“Hay dos clases de Kabalistas: Kabalistas Intelectuales y Kabalistas Intuitivos. Los Kabalistas Intelectuales son Magos Negros, los Kabalistas Intuitivos Magos Blancos”.

Por lo que no deberíamos de menguar la importancia de la intuición, comprendiendo que sus enseñanzas sobre lo Absoluto, también residen en nuestro interior. Es más, El primer principio de la Doctrina Gnóstica es la “Talidad” o Gran Realidad. Por lo que nos resultaría conveniente iniciar cuanto antes este principio de Talidad, con su intuición, pues de ese modo podríamos comprender su verdadera naturaleza:

“El Absoluto es el Ser de todos los seres. Él es lo que es, lo que siempre ha sido y lo que siempre será. Él se expresa como Movimiento y Reposo Abstractos Absolutos. Él es la causa del Espíritu y de la Materia, pero no es ni uno ni la otra. El Absoluto está más allá de la Mente, ésta no puede comprenderlo por lo que nos toca intuir su naturaleza. El Absoluto está más allá de la vida condicionada. Más allá de lo que es relativo, es el Real Ser (Él), es el No Ser porque no guarda concordancia alguna con nuestros conceptos, pero es el “Real Ser”.

                         Tarot y Cabala. Samael Aun Weor.

Señalamos que el Absoluto está más allá de la mente sensual e intermedia, cuyo espacio se limita a lo físico y lo conceptual. Mientras que la mente interior solo se activa con la conciencia superlativa del Ser.

Debemos buscar a nuestro Glorían y su presencia para despertar en El, porque vivimos en su espacio tanto dentro como fuera, tanto en lo manifestado como en lo inmanifestado, tanto en el reposo como en el movimiento, estamos en su Espacio Abstracto Absoluto. No podemos pesarlo, medirlo, numerarlo, pero si podemos sentir su presencia y su única Ley, que es la Ley del AMOR.
Podemos pensar que mientras tengamos “yo”, no podremos ser intuitivos, ni podremos amar, pero tengamos presente que esa visión o pensamiento viene de la mente intermedia. Cambia totalmente la visión del “yo” y del Ser cuando activamos la mente interior. Aunque ciertamente deberemos encontrar los medios adecuados para que surja el espacio y la mente propicia donde el Ser ilumine nuestra conciencia, estos medios se activan con el Pensar Psicológico o tercer estado de conciencia.

Y si no buscamos al Real Ser nos dice el Maestro Samael:

“Entonces los Dioses y los hombres lloraron como niños ante la Aurora del Gran Día Cósmico. El Logos Causal del primer instante recordó a los Dioses y a los hombres sus deudas kármicas y comenzó el peregrinar del hombre de un mundo a otro, hasta la Tierra, donde actualmente vive sujeto a la “Rueda de Nacimiento y Muerte”, hasta que aprenda a vivir gobernado por la Ley del Amor”.
                        Tarot y Cabala. Samael Aun Weor.


Hasta aquí los estudios e investigaciones sobre los cuerpos del Gloriam y el Trikaya, donde se une y conectan los cuerpos de citados en la tradición cristiana y los cuerpos citados en la tradición budista, siendo la correspondencia la siguiente:

Cuerpo de Transfiguración y Nirmanakaya.

Cuerpo de Resurrección y Sambhogakaya.

Cuerpo de Ascensión y Dharmakaya.

Al respecto existe hoy en día suficiente documentación para profundizar en esta temática, que suele reservarse para aquellos que anhelan conocer las profundidades del Ser.
Atentamente y a su disponibilidad:

Rafael Pavía.                       18/07/ 2017.